En la aplicación se alquilan tanto departamentos como quintas o habitaciones.
En la aplicación se alquilan tanto departamentos como quintas o habitaciones.
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Alquileres temporarios por Airbnb: una tendencia que se afianza en Junín

La comodidad de sentirse como en la propia casa es el principal factor que explica el fenómeno entre los turistas que visitan nuestra ciudad. En la vereda de enfrente, los propietarios destacan las ventajas de la renta por día frente a la modalidad mensual.

La plataforma de alquiler temporario Airbnb se convirtió en los últimos años en una de las más populares entre los usuarios para alquilar por días, ya sea por motivos turísticos o laborales. Los comentarios de los huéspedes son fundamentales para obtener un buen posicionamiento en la aplicación, donde se puede llegar a ser “superanfitrión”.

Si bien la oferta hotelera en la ciudad se vio notablemente afectada por el cierre de algunas instituciones tras la pandemia, nuevas alternativas impulsadas por la digitalidad surgieron en su reemplazo para sustentar la actividad turística local. Representantes del sector dialogaron con Democracia acerca de esta tendencia.

Departamento en la Ciudad

Gabriel Guido, empresario y propietario de un departamento en Junín para alquiler temporario empezó con este método para obtener un ingreso económico, pero también para cubrir una necesidad en la ciudad.

“Empecé a hacer gira con artistas en 2015 y a cada localidad que iba se me complicaba alojarme con mis compañeros de trabajo y poder hacer una comida, por ejemplo, así es como fui descubriendo esta modalidad”, contó Guido. A lo que agregó: “Yo había comprado un departamento, venía de alquilarlo anualmente y como en mi caso era una necesidad cuando viajaba, pensé que para otras personas también podría serlo en Junín”. Desde hace siete años se convirtió además en una actividad económica para él.

A pesar de que, al principio, no ofrecía todas las comodidades que ofrece hoy, siempre se encargó de dar el mejor servicio a sus huéspedes. Su primer alquiler fue a dos operarios que venían a las escuelas de Junín a hacer planetarios, “era gente trabajadora que necesitaba cocinarse algo humildemente para poder afrontar todos los gastos y volver a Buenos Aires. Aunque el departamento no tenía la mejor infraestructura, los esperé con una picada, pan casero y bebida fresca. Estaban híper contentos. Me dieron una puntuación de diez”, rememoró Guido.

En su caso, eligió Airbnb para alquilar porque unos amigos le contaron acerca de la plataforma. “Es la aplicación más seria y con más requisitos. Eso hace que las personas estén mucho más identificadas y las operaciones aseguradas”, explicó.

Quinta por días 

Araceli Meli es anfitriona de la casa quinta La Baraka. Se unió a la comunidad Airbnb en noviembre de 2022 tras tener malas experiencias con contrato anual. “Los inquilinos no la cuidaron como nos hubiera gustado y la casa empezaba a necesitar muchos trabajos de mantenimiento, pintura y restauración”, declaró.

“Alquilarla de forma temporal se nos presentaba como una oportunidad para ir haciendo las mejoras entre un alquiler y otro, y también poder disfrutarla nosotros al poder definir qué días iban a estar disponibles para alquilarla y qué fechas la queríamos reservar para nuestra familia”, agregó Meli. 

A la hora de elegir una plataforma u otra se inclinó por Airbnb porque ya la conocía como usuario. “Es súper intuitiva, permite a los propietarios configurar con detalle todos los servicios que ofrece su alojamiento, fechas disponibles y condiciones para los huéspedes”, subrayó Meli. Es que, intentó publicar su quinta en otras plataformas. pero no resultó “tan amigable”.

Aunque La Baraka solo hace cuatro meses que se ofrece como hospedaje por días, en las fiestas y fines de semana largos siempre estuvo ocupada. “Somos optimistas sobre las reservas del resto del año, porque nuestro alojamiento es uno de los únicos en Junín que ofrece un entorno pet friendly”, aseguró la propietaria. Sin embargo, no todos tienen la misma experiencia favorable. En el caso de Juan, propietario local, le gustaría “ver algún crecimiento de Airbnb. Hace mil años que no alquilo por esta plataforma. Al estar en dólares ya no la usa nadie en Argentina”, dijo a Democracia.

Trabajo a tiempo completo

A pesar de que la aplicación ofrece numerosas facilidades, el trabajo que implica tener un espacio para alquiler temporario es a tiempo completo. Desde contestar mensajes lo más rápido posible –ya que la aplicación lo tiene en cuenta- hasta preparar todo lo necesario para los futuros huéspedes.

Para Guido, el trabajo empieza con la recepción de preguntas. “Pueden hablarte desde la curiosidad como desde una intención real de alquilar. Pero esa primera imagen es muy importante. Entonces uno pone mucha energía en esa cantidad de mensajes que incluso agota sin percibir ninguna ganancia en lo inmediato”, planteó. Más todo lo que implica la preparación de un lugar.

En el caso de Araceli, prepararla es un trabajo de varios días que tienen que “dosificar con sus otros empleos y combinar con la ‘madre naturaleza’”, es decir, que no llueva cuando tienen que cortar el pasto, por ejemplo. No solo cortar el pasto, “limpiar la pileta y la casa, regar plantas, tener toallas y sábanas limpias, hacer leña, tener gas envasado, toda la luminaria funcionando y muchas cosas más”, subrayó Meli.

A favor y en contra

Al tratarse de una aplicación extranjera, el cobro se efectúa en dólares. Entonces, “la gente hace muchas preguntas relacionadas con cuál es el dólar que la app toma, cuánto le va a terminar saliendo en pesos y muchas cuestiones relacionadas con esto. Al tener distintos tipos de dólares y diferentes políticas de cobro de la plataforma hacen que en algún punto no sea tan claro”, explicó Guido.

En cambio, un punto importante de Airbnb es la seguridad que aporta a los anfitriones. El huésped obtiene la ubicación exacta de la propiedad únicamente una vez que confirmó su reserva y para esto es necesario que haya proporcionado su tarjeta de crédito y que haya verificado su identidad con sus datos personales. Además, “el anfitrión se reserva el derecho de admisión, eso significa que puede no aprobar la estadía del potencial huésped”, expresó Meli.

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